Hace 8 años | Por bomowski a yorokobu.es
Publicado hace 8 años por bomowski a yorokobu.es

A mediados del siglo pasado la policía irrumpía a veces en los cines españoles sin avisar, y encendían unas potentes linternas con las que sorprender in fraganti a las parejas que se acariciaban y se entregaban, amparadas por la oscuridad, a los placeres más variopintos. Siempre se sentaban en las últimas filas, cerca de la pared y nunca en el pasillo.

Comentarios

D

De Cleopatra se afirmó que fue capaz de practicarle felaciones a cien soldados romanos en una noche.

ElPerroDeLosCinco

#1 Sí, se suele decir que se bañaba en leche de potra, pero es una errata: se bañaba en leche de tropa.

Gunther.Frager

En mis tiempos, a la última fila de los cines la llamaban "la fila de los mancos", porque se suponía que las butacas no tenía reposabrazos.

Cosa que, por supuesto, era mentira. Me llevé una gran desilusión cuando intente probarla.

Yo siempre fui más de los gloryholes