En la aguada de tinta china, con leves retoques a lápiz negro y pluma, aparece la más poderosa noble de España del siglo XVIII: doña María del Pilar Teresa Cayetana de Silva Álvarez de Toledo, décimotercera duquesa de Alba. Hay algo turbador en el retrato solo bosquejado, un aroma a después del amor, a licencia, a sábanas y placeres recientes, a pelo revuelto por la cadencia del sexo. El dibujo es uno de los muchos que Francisco de Goya hizo de la duquesa. La leyenda dice que fueron amantes .
Comentarios
Madre mia, si que estaba mayor la señora...
Yo he oído toda la vida lo contrario.
cotilleos y encima antiguos
#2 El artículo está muy bien argumentado y articulado alrededor de las obras que hizo Goya de la duquesa. No se le puede poner ni una pega.
#3 lo he leido y aunque se ha dicho muchas veces no hay prueba de ello, a lo mejor se tenian mutua admiracion, pero puede que no pasase de ahi.
Hay que desenmascarar a Goya de una vez. Fué un vendido de los franceses. Más bien un rastrero. Y cuando perdieron la guerra los gabachos se inclinó ante la realeza española.
Todo un patriota.