A las once de la noche del 18 de enero de 1568, Felipe II arrestó a su hijo primogénito, heredero del imperio más extenso jamás conocido. Equipado con armadura y yelmo y acompañado por un pequeño grupo de cortesanos, el rey entró al aposento del príncipe y ordenó a los ayudas de cámara que cerraran las ventanas con clavos. Luego salió, dejando al duque de Lerma y a don Rodrigo de Mendoza como guardianes de la prisión de don Carlos. Seis meses más tarde, después de varias huelgas de hambre, el príncipe murió, según el embajador inglés John Man,
Comentarios
No creo, no era Borbón
Seguramente... aquí el que no corre vuela, o se vuelve campechano, o algo así, no sé
El problema que tuvo Felipe II con su hijo es que le daba tanta vergüenza que fuera un pobre enfermo psicológico que no quiso justificar las medidas de confinamiento impuestas. Su silencio creó otra leyenda negra