Hace 8 años | Por jamma a eldobleuno.blogspot.ie
Publicado hace 8 años por jamma a eldobleuno.blogspot.ie

Corría el año 89, el "Pink Floyd" era un bar que estaba al otro lado de la carretera en el humilde barrio en que me crié. Mi padre solía ir allí algunas noches, a parte de la excelente música (siempre discos de Pink Floyd) había un "cacharro" que me tenía entusiasmado: una máquina de pinball de la "cosa del pantano". Mi padre me daba un par de monedas y me sumergía en un hipnotizante festival de luces y sonidos. Aquello era lo más alucinante que jamás había visto.

Comentarios

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En todos los bares había una "máquina de bolas".
Que recuerdos!
Muy completo el artículo, había cosas que no sabía

Delapluma

A mí me encantaba uno que había en el salón de juegos de La Vaguada, que tenía ambiente árabe y creo que se llamaba Las mil y una noches, pero yo siempre lo llamé Los Minaretes Mágicos, en honor a una aventura de mi amo Iznogud, donde aparecía un flipper con ese nombre. Cuando daba la bola gratis, aquéllo era la repera... Verdaderamente el artículo tiene razón que los videojuegos que pretenden recrear un flipper, no son, y creo que nunca serán lo mismo.

Me hubiera encantado tener uno o dos flipper en mi casa, pero la última vez que miré precios, rondaban los tres mil pavos, o sea, más bien no. Volveré a mirar de todos modos.

D

Fui adicta al tema con todos los amigotes de adolescencia. Nuestro interes decayo, cuando las maquinas se complicaron excesivamente y dejaron de tener la partida gratis en el millon, pasandose a cantidades estratosfericas con cistemas de puntuacion complicadisimos que nadie entendia. A eso se sumo, la avaricia, que separando los flippers y dando gran pendiente al tablero, hacia que la partida durase poquisimo y se te quedase cara de bobo y estafado. Alli murieron, por la avaricia.