Hace 8 años | Por cathan a cienciahistorica.com
Publicado hace 8 años por cathan a cienciahistorica.com

Gail era un gran aficionado a la fotografía, y siempre llevaba una cámara de cine consigo. Una mañana, llegando a Berlín, anunció a su tripulación que, mientras descargaban el avión, iba a hacer unas fotos por los alrededores del aeropuerto. Sólo tardó unos minutos en llegar a la valla metálica que marcaba el perímetro. Ahí, tras la reja, había un grupo de niños alemanes. A Gail se le ocurrió una idea, y dijo a los niños: mañana por la tarde, cuando vuelva con mi carga, soltaré unos dulces desde mi avión. Esperadme aquí.

Comentarios

Ransa

"Nota: Gail Halvorsen repitió su hazaña en Bosnia, en 1994, y en Iraq en 2003. "

D

Coño, que grande. Hizo lo mismo en Bosnia e Irak...

cathan

La Asociación de Fabricantes de Dulces de Estados Unidos se ofreció a donar todo tipo de golosinas y chocolates. Un ama de casa organizó a un grupo de amigas para confeccionar miles de paracaídas. Estudiantes de la Universidad de Massachussets en Chicopee, cercana a la base desde la que se suplían a las tropas norteamericanas en Alemania, se encargaron de preparar los paquetes y atarlos a los paracaídas. Uno de esos paquetes cayó en las manos de Jutta.

La clara prueba de que un pequeño gesto puede cambiar el mundo.

tiopio

Hoy le hubieran acusado de pedofilia.