Fue diseñado por el ingeniero alemán Ernst Hoffmeister a finales de 1940 y se demostró por primera vez en la Oktoberfest en 1949 antes de convertirse en popular en ferias en el resto de Europa y Estados Unidos durante los años 50 y 60. La rotación del tambor crea un efecto centrífugo y una vez que alcanza la velocidad completa, el piso se retrae, dejando a los pilotos pegados a la pared del tambor. Al final del ciclo del paseo, el tambor se ralentiza y la gravedad hace el resto.
Comentarios
y lo probaron precisamente en el Oktoberfest, la de alemanes borrachos que debieron potar ahí
#1 La versión casera, que no falte en ningún hogar.