A los aficionados a la enigmística, el nombre de Jordi Fortuny Boladeras (Barcelona 1954) tal vez les resulte familiar. No es para menos. Hace ya más de treinta años que su apellido aparece escrito, día sí y día también, sobre el crucigrama del periódico La Vanguardia. En una esquina, discreto, como si fuera una pista más del rompecabezas. Maestro de maestros, su particular estilo verbívoro ha engatusado a plumas como la de Ana María Matute, quien afirmaba no empezar nunca una jornada de trabajo sin antes resolver el pasatiempo de Fortuny.
Comentarios
Lo conozco del programa de Pepa Fernández «De pe a pa». Nunca he conseguido descifrar uno de sus anagramas.
Y los grafitis también, si te pones así
Qué entrevista tan enigmática y divertida. Nunca me había puesto a resolver crucigramas y ahora me ha entrado la curiosidad.