José Sojo Castellano tuvo un destino trágico. Huyó de la España franquista por la más extravagante de las vías, alistándose a la División Azul con el secreto propósito, una vez llegado a Rusia, de desertar e incorporarse al Ejército Rojo. Con lo que no contaba el veterano comunista sevillano era con que los soviéticos jamás creyeron su historia: lo tomaron por un espía y se pasó la vida de cárcel en cárcel hasta que su rastro se pierde en un remoto manicomio de Georgia.
Comentarios
Ni siquiera ha quedado alguna imagen suya que permita poner cara y fisonomía al hombre dejó España persiguiendo unos ideales de los cuales sería víctima hasta su muerte
A veces la vida puede ser muy puta.
A ver si era espía...
Demasiado ingenuo fue el hombre, querer ingresar al ejército rojo de esa forma....
#2 a otros les sirvió. Una buena cantidad de Divisionarios desertaron.