No hay dolor mayor, no hay desespero más tremendo y estremecedor que la muerte de un hijo. Esto afirman quienes lo han tenido que enfrentar y todos los que hemos tenido la suerte de no haber tenido que pasar por ello solo podemos cruzar los dedos, tocar madera o santiguarnos… ¡Qué dios nos libre! Cuando se pierde un padre o una madre uno se queda terriblemente huérfano, pero para describir algo tan atroz como la muerte de un hijo ni siquiera hay palabra que lo exprese.
Comentarios
#0 spam: @adelaidealas
Es pillarse los cojones con la tapa del piano.
Pasemos al siguiente tema.
#2 quien no haya canturreado la melodía de “la Cabra la cabra” mientras lo pensaba es que no ha tenido infancia
Escuchar un discurso de Torra