Un estudio revela que este gesto puede reducir la ansiedad por separación de nuestros amigos peludos. Si fuera por nuestros perros, nunca saldríamos de casa sin ellos. Y nos toca hacer de tripas: esto es, enfrentarnos a esa mirada perruna suplicante, y tan irresistible, y prometer a nuestro compañero peludo que volveremos pronto a casa.
Mi abuela jamás quiso tener perros y gatos, decía que por mas bien que los trataras sufrian demasiado (y ni hablar los que viven en casas con poco o nada de patio). Me gusta que se hagan estos estudios porque veo que todavia falta bastante mas consideracion hacia estas mascotas, deberia ser casi igual a sus hijos.
#7 Pues en este caso no. En cuanto me levanto se pone a seguirme y darme el coñazo. Me da cabezazos mientras desayuno para que le acaricie, y cuando ve que voy hacia la puerta se pone en medio y sale al descansillo para asegurarse de que no me olvido. Una vez que he cumplido el protocolo se mete para adentro y ya me deja cerrar la puerta.
Aunque no todos los días es así. Cuando hace frío o no le apetece levantarse, se limita a mirarme al pasar y maullar con desgana.
Al regresar a casa suele venir a saludarme también. Luego ya vuele al modo "alfombra"
Comentarios
—Antes dudaba de ti, pero haciendo esto te has ganado mi respeto y confianza.
—José Luis, deja de acariciar al perro, que ha mordido a mi madre.
Mi abuela jamás quiso tener perros y gatos, decía que por mas bien que los trataras sufrian demasiado (y ni hablar los que viven en casas con poco o nada de patio). Me gusta que se hagan estos estudios porque veo que todavia falta bastante mas consideracion hacia estas mascotas, deberia ser casi igual a sus hijos.
Con la url del paper y todo https://www.researchgate.net/publication/11827861_Frequency_of_nonspecific_clinical_signs_in_dogs_with_separation_anxiety_thunderstorm_phobia_and_noise_phobia_alone_or_in_combination
#7 Pues en este caso no. En cuanto me levanto se pone a seguirme y darme el coñazo. Me da cabezazos mientras desayuno para que le acaricie, y cuando ve que voy hacia la puerta se pone en medio y sale al descansillo para asegurarse de que no me olvido. Una vez que he cumplido el protocolo se mete para adentro y ya me deja cerrar la puerta.
Aunque no todos los días es así. Cuando hace frío o no le apetece levantarse, se limita a mirarme al pasar y maullar con desgana.
Al regresar a casa suele venir a saludarme también. Luego ya vuele al modo "alfombra"
Mi gato viene a despedirme todas las mañanas. Hasta que no le rasco un poco el lomo y le hago alguna carantoña no se queda tranquilo.
#6 Dinos la verdad, hasta que no le rascas el lomo y le haces una carantoña no te vas tranquilo.
Y eres tu el que va a despedirse de él
Sobre todo si es un chow-chow.
Ya lo decían Los Mojinos
Tócate las narices , ninguno de los perros del estudio sufría ansiedad por separación .
Yo tengo dos , uno se pone a temblar y rasca la puerta, el otro s va a su cama y se soba hasta que llegó
#4 Yo he tenido algo similar a lo largo de mi vida, por separado. Crees que por estar juntos se suaviza lo del primero o ayuda?
#5 sin duda, tengo una cámara y el que tiembla se va al lado del otro cuando me voy y se queda ya más tranquilo