Gran parte de la cerrada defensa que se hace hoy en día del optimismo se basa en atacar por tierra, mar, y aire al pesimismo, convertido en algo demoníaco, para tratar de reforzar así la idolatría del optimismo, su contrario. Para exaltar el valor del optimismo, todo vale. Es algo así como si se nos dijera que dado que el que haga mucho frío suele dar lugar a muchos problemas de salud, el que haga mucho calor sería necesariamente bueno. En realidad, los dos extremos suelen resultar bastante problematicos..
Comentarios
Más bien pesimista el artículo...
Yo soy más de realismo y sentido común que de tomar decisiones preorientadas por una predisposición de ánimo que ignora la realidad que te rodea.
#2
¿ qué opinas del boicot AEDE ?
Pero si todo siempre sale mal