La guerra de los patinetes se está convirtiendo en la nueva moda del año. 2017 fue el año de los Airbnb con las comunidades de vecinos en píe de guerra, principios de 2018 (y lo que queda por delante) el de los taxis en su lucha contra la actividad de Uber y Cabify. En el caso de los nuevos modelos de transporte de moda, la batalla principal está con los Ayuntamientos
#4 sí, pero la gente es muy vaga. Por eso me gusta el monopatín, porque rompe vicios. A la gente le dices de hacer 10 kilometros en llano y se tira de los pelos. Si empiezan cogiendo el monopatín luego se pasan a la bici. Si se suben al coche ya no hay forma de que se bajen.
No entiendo esa lucha feroz por dominar las capitales, la gran demanda está en los tramos interurbanos y nadie los reclama.
Me refiero a esos trayectos cortos de menos de 15 kilómetros. Mejor si llegaran a los 20 o más kilómetros. Cualquier población del extrarradio se chuparía facilmente un millar de patinetes. No hay más que ver lo petaos que van los autobuses y lo colapsadas que están los accesos por carretera.
Comentarios
Pues en mi pueblo los patinetes eléctricos se alquilan desde hace años en varias empresas y nadie le pone pegas.
La primera no será
#4 sí, pero la gente es muy vaga. Por eso me gusta el monopatín, porque rompe vicios. A la gente le dices de hacer 10 kilometros en llano y se tira de los pelos. Si empiezan cogiendo el monopatín luego se pasan a la bici. Si se suben al coche ya no hay forma de que se bajen.
No entiendo esa lucha feroz por dominar las capitales, la gran demanda está en los tramos interurbanos y nadie los reclama.
Me refiero a esos trayectos cortos de menos de 15 kilómetros. Mejor si llegaran a los 20 o más kilómetros. Cualquier población del extrarradio se chuparía facilmente un millar de patinetes. No hay más que ver lo petaos que van los autobuses y lo colapsadas que están los accesos por carretera.
#1 Tanta autonomía no tienen. Ni suspensión. Una bicicleta es mucho mejor para esto.
Estuve en Zaragoza el otro día. Andé horas por la calle y no ví ni un solo patinete electrico. En Barcelona lo difícil es no verlos.