Francisco Silvela, en su libro La Filocalia, o arte de distinguir a los cursis (1886) define: "Creemos, pues, fijar de una manera positiva el ridículo que procede de lo cursi, diciendo de él que es una apariencia no satisfecha; una desproporción evidente entre la belleza que se quiere producir y los medidas materiales que se tienen por lograrlo". Es lo que pasa en las redes sociales. Esa "desproporción evidente" de imágenes en las que aparecemos en "sofisticadas" situaciones y lugares que nada tiene que ver con nuestra vida cotidiana.
Comentarios
La ultima frontera del individualismo y la coherencia intlectual es tener tu instagram lleno de fotos en pijama comiendo Doritos.
Eso diferencia al auténtico revolucionario.
#4 ¿Cómo sabes que eso ocurre? Yo jamás he visto eso en Instagram.
#4 Doritos Hacendado, si no no vale.
Menuda estupidez, me quitba la goma de las bragas y le dejaba la cargo hecha un cristo.
o sea, de verdad? hola?
Esta es la prueba de que Menéame no es una red social. Aquí no hay cursiladas sino todo lo contrario: palabrotas y exabruptos por parte de todo dios. Y está de puta madre que así sea.
#5 Me parece que se refiere a los que no dejan de colgar en facebook, instagram o tweeter fotos de sus vacaciones, del restaurante del sábado por la noche, del Ferrari aparcado en la calle o del reloj que le ha regalado su pareja.
#6 Eso no es de cursis. Es de gilipollas.
#6 Y los filtros, no olvides los filtros.
Como dijo Juan Carlos Monedero cuando murió Chávez, he amanecido con un Orinoco triste paseándose por mis ojos...
Muero de amor, amo esta foto, ellos dos juntos voy a llorar de amor. No puedo abrir Twitter sin dejar de ver estas gilipolleces escritas, me entra una vena violenta que no puedo contener.