En 'Misterioso asesinato en Manhattan' el personaje de Woody Allen abandona con su pareja (Diane Keaton) la ópera Metropolitan de Nueva York solo minutos después de haber escuchado parte de 'El holandés errante' y suelta aquello de "después de escuchar a Wagner durante media hora, me entran ganas de invadir Polonia". La cita es una de las más populares de la historia del cine. Y le queda graciosa. Pero a su vez es un tópico como una catedral de grande (que pervive). A los genios como Allen también se les pueden colar estos lugares comunes.
Comentarios
A ver, esto no es más que una campaña de blanqueamiento de los descendientes del compositor, que llevan décadas intentando quitarse el sambenito, pero lo cierto es que Wagner era un antisemita furibundo y un nacionalista radical. Tan cierto como que el festival de Bayreuth no tardo en convertirse a la muerte del compositor en el centro del movimiento tradicionalista y conservador que luchaba por mantener el carácter germánico en la forma más autentica. La familia intentó siempre conservar el espíritu radical de las ideas de Wagner.
Os recomiendo el documental de la ZDF titulado "Hitler y el clan Wagner"
Es que decir "Después de escuchar a Wagner media hora me entran ganas de bombardear Hiroshima" igual no hubiese hecho tanta gracia.
Los nazis se apropiaron de la musica de Wagner y de las ideas de Nietsche de una manera muy superficial, pero es evidente que ni la música de Wagner ni la filosofía de Nietsche tienen que ver con el fascismo.
#1 A Coppola le inspiró para arrasar Vietnam
#2 Los partes de guerra de la radio alemana tenían como sintonía un poema sinfónico de Liszt (que era austro-húngaro y amigo de Wagner), pero que suena wagneriano por sus metales y tal. No sé yo hasta qué punto la gente se ha confundido con eso.
Lo que yo no perdono a Wagner es su antisemitismo. En su asqueroso libro contra los judíos y la música este tipejo desprecia la maravillosa música de Mendelssohn simplemente por ser judío. De hecho durante decenios la música de Mendelssohn no se interpretó en Alemania y si no llega a ser por el enorme aprecio que le tenían en Inglaterra, quién sabe cuánto tiempo hubieran quedado olvidadas sus obras. Imperdonable.