Dos historias sobre la virginidad se han cruzado estos días en las crónicas de Brasil. Mientras el diario Folha de São Paulo denuncia que en la Amazonia, la virginidad de una indígena de 12 años es ofrecida por diez dólares, un japonés ha ganado la subasta de la virginidad de la joven brasileña de 20 años, Catarina Migliorini, por el precio de 780.000 dólares.
Pero son dos casos que no tienen nada que ver, la de veinte años es una prostituta y lo otro es explotación sexual infantil.
Yo contra las putas no tengo nada, contra lo otro... estoy en contra de la pena de muerte, ya que hoy día podemos torturar durante años a una persona y que permanezca consciente, y sufra hasta el fin de sus días.
Cuanto idiota suelto.
Tanto el que paga a las niñas de 12 años (animales, que merecen todo mi odio) como el que paga esa animalada, para estar con una chica virgen de 20.
Aunque en el último caso, cada cual es amo y señor de su dinero.
Pues para mí, ese que paga por la niña de 12 años --sea virgen o no-- me parece un salvaje, alguien sin escrúpulos que debería ser condenado a una dura pena de cárcel.
El otro, ha hecho un trato con una mujer que quiere sacarse dinero por sus estudios y allá cada uno.
Lo más inquietante es que se estén comentando los casos como si fueran iguales. Y, desde luego, las similitudes se acaban en el sexo de la niña y el país de origen en este caso.
Lo que le van a hacer a esa niña no es sexo, es una demostración del poder de un adulto y de su capacidad de destrucción.
Comentarios
Pero son dos casos que no tienen nada que ver, la de veinte años es una prostituta y lo otro es explotación sexual infantil.
Yo contra las putas no tengo nada, contra lo otro... estoy en contra de la pena de muerte, ya que hoy día podemos torturar durante años a una persona y que permanezca consciente, y sufra hasta el fin de sus días.
Me da muchísima pena leer estas noticias, por motivos diferentes en cada caso, pero pena igualmente.
Cuanto idiota suelto.
Tanto el que paga a las niñas de 12 años (animales, que merecen todo mi odio) como el que paga esa animalada, para estar con una chica virgen de 20.
Aunque en el último caso, cada cual es amo y señor de su dinero.
Pues para mí, ese que paga por la niña de 12 años --sea virgen o no-- me parece un salvaje, alguien sin escrúpulos que debería ser condenado a una dura pena de cárcel.
El otro, ha hecho un trato con una mujer que quiere sacarse dinero por sus estudios y allá cada uno.
Lo más inquietante es que se estén comentando los casos como si fueran iguales. Y, desde luego, las similitudes se acaban en el sexo de la niña y el país de origen en este caso.
Lo que le van a hacer a esa niña no es sexo, es una demostración del poder de un adulto y de su capacidad de destrucción.
la virginidad de la joven brasileña de 20 años, Catarina Migliorini, por el precio de 780.000 dólares.
Qué gran cosa es el marketing.