El pueblo ainu, indígena del norte de Japón (Hokkaidō, islas Kuriles y Sajalín), tiene una relación espiritual profunda con los osos, sobre todo los oseznos, y una ceremonia llamada iyomante (o iomante). En el centro de sus creencias está el concepto de kamuy («deidad» o «espíritu»). Creen que el mundo está lleno de kamuy que pueden adoptar formas físicas, hayokpe o «armadura», para visitar el mundo humano. Los osos pardos de Hokkaido, eran uno de los kamuy más importantes y poderosos, Kimun-kamuy («espíritu-deidad que gobierna las cumbres»).