Yo vivo en Ammán, a veinticinco minutos, y estoy harto de ir al Mar Muermo. Lo que es playa playa no hay si no es artificial. Para bañarte tienes que pagar una entrada en un spa, porque sin duchas es imposible, ya además no se puede entrar en el agua si no es en un lugar donde han echado arena antes. En realidad, lo único que puedes hacer es lo que hace todo el mundo para sacarse la foto: flotar sentado, porque la salinidad es tan bestial que si te cae una gota en la boca te quema, y no tienes saliva para disolver tanta sal, y no es sólo salada, está muy amarga. Una vez que estuve, hacía tanto viento que había olas, y me cayó agua en los ojos. Tuve que salir como un zombi llorando amargamente en busca de una ducha. Alguna vez ves a un turista majara al que no se le ocurre otra cosa que tirarse de cabeza. Salen aturdidos, tosiendo y haciendo eses en busca de la ducha.
Eso sí, cuando estás allí, tienes la sensación de estar en un lugar extraño y además muy simbólico. La atmósfera es como muy espesa, enfrente en la otra orilla, se ven unos montes que en realidad no lo son, porque es la tierra al nivel del mar. Y piensas la cantidad de historia que hay a tu alrededor: las ciudades más antiguas del mundo (Jericó está unos kilómetros al norte, en el lado Palestino), lugares bíblicos que siguen tal y como se describen en los textos, y quién sabe si algún escondite de cabezas nucleares.
En fin, merece una visita, pero no pienses que vas a un parque acuático. Yo me quedo con la imagen de las señoras mayores que llegan allí en grupo por la tarde, y se bañan vestidas de arriba a abajo, y allí están de cháchara, tumbadas en la orilla o con sillas de plástico metiendo los pies en el agua, hasta que se hace de noche. Probablemente sean palestinas del otro lado que van allí porque se ve su tierra.
#4 No es sólo la salinidad lo que hace que flotes, el efecto es resultado de muchas otras sustancias en suspensión. En España hay algún que otro spa que ofrece "flotariums", pero en tu bañera lo vas a tener difícil.
#5 No podría estar más de acuerdo contigo. Yo sólo estuve allí un día, durante un viaje por Israel y tras visitar Qumrám, pero tal como lo cuentas me parece estar reviviéndolo. Esa sensación de antiguo y extraño, la tranquilidad del sitio sabiendo que enfrente ves un país que casi está en guerra contra el que estás tú...
De ese día me llevé dos impresiones muy desagradables: ver por dónde llegaba antes el nivel del Mar Muerto (hay marcas por todas partes), y que jamás se recuperará por la estupidez política de los países más al norte, y ver la ruina que es actualmente Jericó, una ciudad de 10.000 años de antiguedad masacrada por obuses y tanques.
Comentarios
Yo vivo en Ammán, a veinticinco minutos, y estoy harto de ir al Mar Muermo. Lo que es playa playa no hay si no es artificial. Para bañarte tienes que pagar una entrada en un spa, porque sin duchas es imposible, ya además no se puede entrar en el agua si no es en un lugar donde han echado arena antes. En realidad, lo único que puedes hacer es lo que hace todo el mundo para sacarse la foto: flotar sentado, porque la salinidad es tan bestial que si te cae una gota en la boca te quema, y no tienes saliva para disolver tanta sal, y no es sólo salada, está muy amarga. Una vez que estuve, hacía tanto viento que había olas, y me cayó agua en los ojos. Tuve que salir como un zombi llorando amargamente en busca de una ducha. Alguna vez ves a un turista majara al que no se le ocurre otra cosa que tirarse de cabeza. Salen aturdidos, tosiendo y haciendo eses en busca de la ducha.
Eso sí, cuando estás allí, tienes la sensación de estar en un lugar extraño y además muy simbólico. La atmósfera es como muy espesa, enfrente en la otra orilla, se ven unos montes que en realidad no lo son, porque es la tierra al nivel del mar. Y piensas la cantidad de historia que hay a tu alrededor: las ciudades más antiguas del mundo (Jericó está unos kilómetros al norte, en el lado Palestino), lugares bíblicos que siguen tal y como se describen en los textos, y quién sabe si algún escondite de cabezas nucleares.
En fin, merece una visita, pero no pienses que vas a un parque acuático. Yo me quedo con la imagen de las señoras mayores que llegan allí en grupo por la tarde, y se bañan vestidas de arriba a abajo, y allí están de cháchara, tumbadas en la orilla o con sillas de plástico metiendo los pies en el agua, hasta que se hace de noche. Probablemente sean palestinas del otro lado que van allí porque se ve su tierra.
no he tenido la oportunidad de estar alli pero debe ser espectacular
#1 Chuck Norris estuvo allí, antes se llamaba Mar Vivo, pero le salpico una ola y...
#4 No es sólo la salinidad lo que hace que flotes, el efecto es resultado de muchas otras sustancias en suspensión. En España hay algún que otro spa que ofrece "flotariums", pero en tu bañera lo vas a tener difícil.
#5 No podría estar más de acuerdo contigo. Yo sólo estuve allí un día, durante un viaje por Israel y tras visitar Qumrám, pero tal como lo cuentas me parece estar reviviéndolo. Esa sensación de antiguo y extraño, la tranquilidad del sitio sabiendo que enfrente ves un país que casi está en guerra contra el que estás tú...
De ese día me llevé dos impresiones muy desagradables: ver por dónde llegaba antes el nivel del Mar Muerto (hay marcas por todas partes), y que jamás se recuperará por la estupidez política de los países más al norte, y ver la ruina que es actualmente Jericó, una ciudad de 10.000 años de antiguedad masacrada por obuses y tanques.
Conozco a gente que ha estado ahí, y dicen que es alucinante, casi no te lo crees hasta que te metes en el agua.
Si le echáis 10 kilos de sal a vuestra bañera y luego la llenáis de agua (obvio), obtendréis el mismo efecto flotante