Nadie duda que nuestro cuerpo necesita comida para funcionar. Somos como una bombilla : entra energía y la convertimos en "luz", que en nuestro caso sería actividad física y mental. Para que no "olvidemos" alimentarnos el cerebro ha diseñado un sencillo sistema que nos recompensa con placer cuando ingerimos comida. Así, tras una comida, el cerebro segrega una orden hormonal que indica al cuerpo que estamos saciados a la vez que hace fluir una serie de substancias opiáceas que nos calman y nos satisfacen.
Comentarios
Como el kebab
Magufada total.
El glutamato monosódico se extrae del kombu, y todavía no he oído de nadie adicto a la sopa miso.
#1 NO estoy de acuerdo; el artículo simplemente indica que el mecanismo evolutivo que "premia" al individuo que consume alimentos de alta energía con endorfinas y otras golosinas cerebrales pueden llevar a la adicción. De la misma forma que hay "yonkis" de la adrenalina, hay "yonkis" de las endorfinas segregadas tras el consumo de alimentos de alta concentración de azúcares y grasas. A fin y al cabo es lo que nos ha permitido sobrevivir como especie... aunque en la época actual se nos haya vuelto en nuestra contra...
el placer sexual esta ligado a la perpetuidad de la especie? quien ha escrito esto? la conferencia episcopal??
#5 No entiendo... ¿qué quieres decir?
Creo que: es un artículo poco serio hecho a partir de supuestos que pueden ser reales pero a menor nivel.