El blog de la escritora gallega Marta Rivera de la Cruz ha sufrido un ataque sistemático de insultos y descalificaciones. La finalista del premio planeta cometio el "pecado" de reflexionar sobre el retraso de una enseñanza 100% en gallego y los insultos y ataques no han tardado ni unas horas. Rivera ya denunciara en su momento el ostracismo y la discriminación que sufren los escritores gallego en español por parte de la administracióna autonómica y los "círculos culturales" gallegos.
Comentarios
Hasta meneame nos llegan los ecos de algunos fanáticos antigallegistas. Deben de estar en plena época de reprodución.
Yo soy gallega de rebote (el resto de mi familia no lo es) pero mis padres me inculcaron desde muy pequeña que hay que respetar todas las manifestaciones de la tierra donde me he criado. El castellano lo aprendes si o si, por los medios de comunicación, por el entorno, etc. pero el gallego lo tienes más fastidiado, así que a mi no me parece mal que se aumenten las horas de clase en gallego. Será que hay gente que aprender idioma le parece una pérdida de tiempo o que creen que hay culturas (y manifestaciones de éstas) que son mejores que otras...
Cuando los más reaccionarios empiezan una campaña a la desesperada como la que estamos sufriendo creo que es un indicativo de que vamos por buen camino. El gallego ya ha perdido esa identificación con la incultura, que sólo mantienen los que quieren que así sea.
Su único argumento es la mediocridad e inutilidad de los nuevos estudiantes (según ellos). Yo sólo he tenido en gallego la asignatura de lengua gallega, y puedo decir que escribo en gallego y castellano perfectamente, el gallego un poco peor de lo que me gustaría, pero hay que tener en cuenta que las televisiones, periódicos, libros... están en castellano, por lo que aunque la enseñanza fuese 100% en gallego contarían con más recursos que el gallego.
Que sigan pataleando y tratando a sus hijos de limitados, seguro que es lo mejor para su educación.
#3 Coincido contigo, se están poniendo nerviosos.
Es hora de que empecemos a sentirnos orgullosos de nosotros mismos: como pueblo, como nación y como cultura (incluido por supuesto nuestro idioma). Sólo cuando sea asi podremos reclamar derechos y ejercer verdadera presión para que se nos escuche. Sólo hace falta ver donde están los que han seguido ese camino (vease Euskadi y Catalunya), nosotros vamos retrasados porque han inculcado aquí un desprecio por nosotros mismos que ya es hora de escupir.