Hace pocas semanas vi morir a un niño por neumonía en Ghana. Tenía tres años. Su padre le ordenaba que no se marchara tan pronto. "Sigue aquí, sigue aquí, aguanta", le decía. No le hizo caso. Y tenía suerte: se encontraba en un hospital. Hace más tiempo, ví agonizar a otro, enfermo de malaria y diarrea, en Sierra Leona. Con menos fortuna: el centro sanitario más cercano estaba a un día de camino (andando, no todo el mundo tiene transporte en este mundo).
Comentarios
Este tipo de noticia nos hace setirnos afortunados viviendo en medio de esta crisis, pero no debemos, por ello, caer en el conformismo, ahora más que nunca, por nosostro y también por ellos, no debemos dejar de reivindicar nuestro derecho y el suyo a vivir dignamente, reivindicar que los gobiernos a los que votamos sirvan al pueblo y no a los mercados.
Conozco el trabajo de Médicos sin Fronteras, porque soy socia hace mucho tiempo de esta ONG, y es más que loable. Esta información con esas cifras no debe dejarnos indiferentes y debe hacernos ver que las situaciones de crisis no son iguales en unos lugares y otros del mundo. Hagamos cada uno lo que podamos, porque muchos granitos de arena pueden mover montañas.
Qué espanto. Y nosotros, que estamos tan cerca, siempre mirando hacia otro lado. Pero, la verdad, si este país continua así en breve veremos situaciones muy penosas en nuestras propias calles...