Una paradoja de nuestra época es que el ser humano es capaz de viajar por el espacio, estudiar la estructura íntima de la materia o cartografiar su propio mapa genético, pero seguir siendo un desconocido para sí mismo. Nuestra atención se proyecta continuamente hacia fuera, fascinada ante la complejidad y los misterios del mundo. Contamos con conexiones fáciles e instantáneas con el exterior -Internet, televisión, móviles...-, pero quizá no sabemos cómo acceder a nuestro interior.
Comentarios
Estamos tan ocupados en ser lo que los demas quieren que seamos que nos olvidamos de (ser) nosotros mismos... cierto.
creo que es el mejor tema que he leido hoy, y hace días.
ping 127.0.0.1