David Catá cose en sus manos el afecto que siente por las personas importantes de su vida. El fotógrafo hace de sus palmas un lienzo. Ahí introduce aguja e hilo hasta que se convierte en semblante. La marca de esa persona queda, literalmente, en su cuerpo. Para que no escape nunca. Para sellar esa afición con más ahínco del que lo haría un recuerdo. Después toma fotos, hace vídeos y, a veces, muestra en una representación pública cómo se deshace el dibujo entre lo humano y la costura que queda de la confección.
Comentarios
Qué repelús.
Este es primo de Lobezno por lo menos
Con una maquina será mas rapido. Mas rapido y sangriento .
Es pa coserle la cara a guantás...
Mi coso en tu cara y con mi mano porque te quiero
Y luego se la menea?
Cuanto aburrimiento! !
Hay gente pa tó. Qué mal rollo