Hace 11 años | Por jonolulu a eldiario.es
Publicado hace 11 años por jonolulu a eldiario.es

Como todas las frases repetidas, el “ Cuando vinieron a por mí… ya no quedaba nadie que pudiera hablar en mi nombre” se ha convertido en un tópico… desactivado. La reiteración produce esos efectos en el infantilizado y vacuo mundo actual. Pero lo cierto es que responde a un hecho trágicamente real: la pasividad social alemana que permitió el triunfo del nazismo. Y de sus métodos. Curiosa la historia de su auténtico autor, Martin Niemöller. Tras el apoyo y el silencio, reaccionó tarde y… también fueron a por él. La ingenuidad poco experimentada

Comentarios

D

Pasividad los cojones, complicidad. Y ya se sabe Roma no paga a traidores.

jonolulu

#1 Estoy de acuerdo, pero no sé hasta qué punto el enfoque criminalizante es positivo

It's very dificult todo esto

D

A mi me da la sensacion de que en realidad casi nadie de la sociedad ha leido ese poema...

sino no me explico como se sigue sin actuar en muchos casos

ElTioPaco

cuando vinieron a por mi, solo quedaban los bancos, la iglesia, los ricachones, los tios de los deshaucios, y un monton de politicos.

Todos se reian, pero no sabían que yo tengo una escopeta tras la puerta...

No son los mismos tiempos, ni vienen las mismas personas a por ti, ni siguen las mismas reglas del juego que antes. Sigo preguntandome cuando un desesperado romperá el tablero y se liará a tiros, tarde o temprano tiene que ocurrir... que los que vienen a jodernos ya no son soldados, sino imbeciles con corbata que se desmayan al ver sangre.

denominador_comun

#2 Es que los soldados vienen después, cuando mucha gente se ha empezado a liar a puñetazos y tiros en las calles. Cuidado con el fascismo, que crece muy rápido aprovechando los prejuicios y la acción expeditiva; por no mencionar la financiación que recibe tan pronto los capitalistas temen ser desposeídos de su poder.