Hace 12 años | Por evasanmartinf a consumer.es
Publicado hace 12 años por evasanmartinf a consumer.es

¿Por qué duele tanto perder a un perro? | EROSKI CONSUMER. Una de cada tres personas sufre pena y congoja por el fallecimiento de su mascota al menos durante seis meses o más tiempo tras su pérdida El trastorno emocional que puede causar la muerte del perro es, en ocasiones, tan relevante como el que se siente al perder a un familiar cercano. Una de cada tres personas reconoce haber experimentado sentimiento de dolor y congoja durante al menos los seis meses siguientes al fallecimiento de su mascota.

Comentarios

OCLuis

#3 Y que daría su vida por defender la tuya sin pensárselo ni un segundo.

anxosan

#10 Sí, aunque pese a todo lo contrario me encantan los gatos.

Gaiden

Es horroroso, se pasa muy mal...mi anterior perro murió de viejo, ya su última temporada estaba muy mal, le habían tenido que extirpar el bazo y todo..y claro, te vas haciendo a la idea, y duele y lo recuerdas mucho...pero bueno, asumes que es ley de vida.

Sin embargo ahora mismo tengo una perrita de 4 años, que lleva conmigo desde los 4 meses, y hace cosa de mes y medio la llevamos a una limpieza de sarro y por H o por B la perra cogió una infección de caballo en la sangre, en cuestión de horas se puso malísima y con convulsiones y hubo que hospitalizarla, cogió una enfermedad que no me acuerdo como se llama pero que lo normal si pillas eso es morir (tb existe en humanos, las plaquetas de la sangre se agrupan formando macroplaquetas, con lo cual tu plasma sanguineo está licuado y te desangras, además las macroplaquetas pueden crear trombos con lo que hay que inyectar una solución licuante que licua la sangre más todavía, una movida) El tema es que claro, al ser algo que no te esperas, que te viene de golpe, lo pasas muy mal, yo no quiero ni acordarme... finálmente la perra salió y se ha recuperado, hay que hacerle un seguimiento de muchas cosas pero está bien.. Creo que es de las situaciones con las que peor lo he pasado en mi vida.

Aprovecho para contar que al hospital se le acababa el plasma sanguineo, y que iban a necesitar más, así que me puse en contacto con otro hospital donde ya hemos llevado a esta perra y donde se le hizo todo al anterior perro..que nos conocen de sobra vamos..me puse en contacto con ellos para comprarles plasma y se negaron a vendermelo si no ingresaba la perra allí, cosa que era imposible ya que ya estaba ingresada y con suero por la via y no la podíamos mover...insistimos y no quisieron vendernos el plasma. Tuve que hacerme 100km con el coche ida y vuelta hasta otro hospital a comprarlo. El que no me lo vendió se llama hospital veterinario la flota, en murcia, y nunca más.

Aitor

Bien, veamos los pasos para conseguir una mayor serenidad.

Paso primero: llore
Sinceramente, jamás lo habría imaginado , pero sinceramente también, no creo que haga falta que nadie lo proponga para que ocurra.

Paso dos: no se culpe por la muerte del perro
A no ser que tenga la culpa realmente, claro está. Si la tiene... ¿podría saltarse ese paso?

Paso tres: la pena da paso a los buenos recuerdos
Ni es un paso ni una vez más creo que haga falta proponerlo para que ocurra.

Y estos pasos... ¿servirán para un gato también?

Miguel_Martinez_1

#2 y para la suegra (un poquito de humor negro)

K

Un año me duró el duelo por la muerte de mi perrita. Murió de vieja, fueron quince años con ella que no se me olvidarän jamás, era mi amiga, mi compañera, me seguía a todas partes, por eso la encontré a faltar tantísimo cuando murió; cada vez que pensaba en ella las lágrimas se agolpaban en mis ojos. Lo pasé tan mal que todavia no me siento capaz de volver a tener otro perro, me regalaron uno y yo a mi vez se lo regalé a mi hija.

Estoy feliz de ver al perrito que regalé a mi hija, pero jamás me hará olvidar a mi Kyra.

ziegs

#9 Tuve que sacrificar a mi perra Golden, con quince años, tenía cáncer de útero, me acompañó, con su mirada triste y melancólica, en los peores momentos de mi vida, me agarré a ella y a mi gata como un clavo ardiendo cuando me divorcié. No hablan porque no les hace falta. Todavía meses después no podía estar con "otros perreros" con los que antes me reunía. La gata su compañera, con la que jugaba, murió un mes más tarde. Lo pasé tan mal con la muerte de las dos que no he querido volver a tener ningún animal.

"Aquí reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad, fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad y tuvo todas las virtudes del hombre y ninguno de sus defectos. (Epitafio para un perro)." Lord Byron

S

Se sufre porque son de los tuyos, de tu familia. Que sea un perro es puramente anecdótico. Son nobles, fieles, jamás te guardan rencor, te acompañan, te apoyan tengas el día que tengas, y te agradecen lo que haces por ellos cada día. Te enseñan la alegría de vivir cuando las cosas te van mal, están contigo, te entiendan o no y te roban el corazón sin que te des cuenta. Cuando se van, te arrancan esa parte del corazón que jamás recuperas, porque en ti siempre están vivos.

D

De todos los hijos que tuve
y que sostuve entre mis brazos
hay una que de mi regazo
no se escapó mientras que pude,
hasta que entre sus juventudes
la despedí con mil abrazos.
Y lloré, como con ninguno lloré,
porque con ella caminé
hasta que entre sus juventudes
la despedí con mil abrazos.
Ay, su corazón
era un poco más grande
que el de los demás
Se moría por mí,
me manchaba de barro
y besaba a la vez
con su particular
mordedura de niña
de canina raza,
y de noche los ojos que abría
me daban calor
y encendían la casa.
Y fue con su piel de canela
la más fiel centinela
que mi sueño veló.
No era una hija cualquiera,
era la huérfana indefensa,
desobediente y sinvergüenza,
la más traviesa y libertaria,
la bondadosa infatigable
con el espíritu indomable
de las mujeres de los parias.
Y otra mujer, esta mayor
del pelo largo y raza blanca
le prohibió venir conmigo a la ciudad
porque su forma de entender la educación
no era la misma que la de los animales.
No le llamen perra a ninguna mala mujer
que mi perra no tuvo maldades
y me dio un cariño que jamás encontraré
en nadie.

D

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evasanmartinf

Algunos sencillos consejos ayudan a encarar con mayor serenidad el momento de la despedida definitiva de nuestro amigo, una etapa inevitable en la relación con el perro

sintesisnianalisis

Porque es una fuente de alimento muy valiosa. Un perro grande puede dar de comer a una familia de cinco durante al menos una semana y la inversión necesaria para mantenerlo es mínima. Por no hablar de la calidad, un manjar de primera. Hablan mucho de los gatos, que si saben a conejo, pero no es verdad, tienen una carne muy poco sabrosa, son duros. El perro sin embargo es muy parecido al cabrito, de carne fibrosa pero suelta y su puntito de grasa. Desde luego, es una pérdida dolorosa.