El filósofo español José Ortega y Gasset definió al amor como "una especie de imbecilidad transitoria, un estado de angostura mental, de angina psíquica". Según estudios científicos, cada vez que nos enamoramos "perdemos la cabeza", debido sobre todo al cóctel químico de testosterona, estrógenos, feniletilamina y otras que se liberan en nuestra sangre. El psicólogo A. Aron de la Universidad de Nueva York ha comprobado que el comienzo del enamoramiento puede producir en el organismo humano "el mismo efecto que el recibir una dosis de cocaína.
Comentarios
El amor es una enfermedad de que no nos curamos nunca...afortunadamente.
#3 jaja, muy buena!!
Enamorarse puede producir el efecto de una dosis de droga. Si el enamoramiento se prolonga más de seis meses, puede llegar a ser patológico e incluso podría llevar a padecer algunos desórdenes mentales.
Todo un romántico el que escribió este articulo. Fijo que le acababa de dejar la churri
#1 Negativo amigo, nadie me ha dejado. Ve el tema más "científico" que posibles relaciones sentimentales mías.
#2 Te voy a contar una intimidad: probé un par de veces la coca y me he enamorado alguna que otra vez. En contra de lo que afirmas en el artículo nada que ver una cosa con la otra.
Yo sí que veo algunos paralelismos entre enamorarse y la ingesta de (algunas) drogas. Al fin y al cabo, no es más que aumentar de forma repentina la cantidad de sustancias estimulantes en el organismo.
Reconocer esto no le quita a la circunstancia ni un ápice de romanticismo. Y en todo caso, es una "enfermedad" que personalmente me gustaría padecer de forma crónica e incurable.
Lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis y, cuando se han curado de la indisposición, se encuentran con que se han casado.
"una especie de imbecilidad transitoria, un estado de angostura mental, de angina psíquica" muy buena jajaja.
como todas las enfermedades se cura tras un periodo de encamamiento.