Clappison, de 46 años, afeitó la cabeza a sus hijos y los mantuvo encerrados durante seis años, haciéndoles pasar hambre, golpeándolos, duchándolos con agua fría e impidiéndoles ir a la escuela. Quitó de la casa en la que convivían bombillas, colchones, ropa de cama, juguetes, etc. y los alimentaba a base de bocadillos. Cuando no estaban encerrados, trabajaban como criados en la casa de una gitana pitonisa de la que se había hecho amiga.
Comentarios
Seguro que esa pitonisa es miembro de la CEOE
hechizo bofetónico es lo que le hace falta a esta
Tendríamos que prohibir toda clase de ocultismos y mierdas de esas, son intrínsecamente perjudiciales para la sociedad.