Los griegos han perdido casi un tercio de su renta disponible desde que empezó la crisis de deuda hace más de tres años, según mostraron datos el viernes.
Culpar a los ciudadanos de la situación de su país, es la falacia empleada típicamente por los políticos cuando están en la oposición, porque les aporta un doble beneficio. Por una parte les sirve para socavar el apoyo ciudadano al gobierno de turno, y por otra, les sirve para exculpar su propia responsabilidad en cualquier posible fracaso posterior. Ni siquiera cuando los ciudadanos votan por segunda o tercera vez a una opción política perjudicial para sus intereses, se les puede culpar en exclusiva. Primero porque a menudo se les escamotea la información o directamente se falsea, ocultando así la verdadera situación. ¿Cuantos teníamos evidencia hace diez años de que en las sedes de los partidos se repartían abiertamente dinero de sobornos cobrados a cambio de concesiones en obras publicas?.
Y a menudo, en los sistemas mal llamados democráticos, el ciudadano se ve limitado a escoger entre unas pocas opciones por lo que optará no por la mejor, sino por la que perciba como la menos mala, lo que explica en un sistema típicamente bipartidista como el Español, que se votara al PP antes que a la percibida mayoritariamente como alternativa del Psoe por considerarla peor. Podría considerarse un error de los ciudadanos (en mi opinión lo es) el no valorar siquiera las posibles alternativas minoritarias. Pero no se puede ignorar que los medios de comunicación, al servicio de las subvenciones, bombardean al ciudadano con historias como la del voto útil o exageran los aspectos más controvertidos de los partidos minoritarios, para que los ciudadanos consideren disparatadas tales alternativas.
En Grecia, como en España, hemos disfrutado de una dictadura con derecho a voto, y en una dictadura, sea del tipo que sea, a los ciudadanos solo les está permitido alabar al régimen y cumplir con las obligaciones periódicas, como el pago de impuestos o el ritual de apoyo en las urnas a los sátrapas de turno.
Los bienes o derechos que los ciudadanos pierden en esas situaciones, no pueden ser atribuidos a los propios ciudadanos, si no a aquellos que se los arrebatan, los políticos.
Comentarios
Espero que al menos no pierdan su dignidad.
#1 eso lo pierderon al votar una y otra vez a chorizos y ser los mas "listos"
#1 No la han perdido, se la han entregado al diablo.
#1 La dignidad en esta sociedad va asociada al dinero que tengas.
de momento.
Próximamente en sus pantallas.
Culpar a los ciudadanos de la situación de su país, es la falacia empleada típicamente por los políticos cuando están en la oposición, porque les aporta un doble beneficio. Por una parte les sirve para socavar el apoyo ciudadano al gobierno de turno, y por otra, les sirve para exculpar su propia responsabilidad en cualquier posible fracaso posterior. Ni siquiera cuando los ciudadanos votan por segunda o tercera vez a una opción política perjudicial para sus intereses, se les puede culpar en exclusiva. Primero porque a menudo se les escamotea la información o directamente se falsea, ocultando así la verdadera situación. ¿Cuantos teníamos evidencia hace diez años de que en las sedes de los partidos se repartían abiertamente dinero de sobornos cobrados a cambio de concesiones en obras publicas?.
Y a menudo, en los sistemas mal llamados democráticos, el ciudadano se ve limitado a escoger entre unas pocas opciones por lo que optará no por la mejor, sino por la que perciba como la menos mala, lo que explica en un sistema típicamente bipartidista como el Español, que se votara al PP antes que a la percibida mayoritariamente como alternativa del Psoe por considerarla peor. Podría considerarse un error de los ciudadanos (en mi opinión lo es) el no valorar siquiera las posibles alternativas minoritarias. Pero no se puede ignorar que los medios de comunicación, al servicio de las subvenciones, bombardean al ciudadano con historias como la del voto útil o exageran los aspectos más controvertidos de los partidos minoritarios, para que los ciudadanos consideren disparatadas tales alternativas.
En Grecia, como en España, hemos disfrutado de una dictadura con derecho a voto, y en una dictadura, sea del tipo que sea, a los ciudadanos solo les está permitido alabar al régimen y cumplir con las obligaciones periódicas, como el pago de impuestos o el ritual de apoyo en las urnas a los sátrapas de turno.
Los bienes o derechos que los ciudadanos pierden en esas situaciones, no pueden ser atribuidos a los propios ciudadanos, si no a aquellos que se los arrebatan, los políticos.
Pobres gringos.