Texto donde se pregunta a sí mismo, hasta donde seria efectivo permitir a los adolescentes ser lo suficientemente mayores a algo, con 2 ejemplos muy extremistas, que llegan al mismo resultado, y vosotros ¿hasta donde creéis que seria viable permitir?
Bufff, esto no está nada claro. Cada cual debe educar a sus hijos en función de sus principios, creencias e ideas. Un hijo te puede salir problemático tanto con una educación permisiva como con una autoritaria.
Yo y mi hermano somos polos opuestos en TODO, desde consumo de drogas, tabaco, aficiones, amistades, música, cine, literatura, etc..., aunque sólo nos llevamos un año de diferencia. Nos han educado igual, hemos ido a la misma guardería, al mismo colegio, al mismo instituto y a la misma universidad (aunque estudiamos carreras diferentes) y no nos parecemos en nada. Conclusión, no vale la pena rallarse :).
#1 Es decir, el uno por ahí de mala vida y el otro en meneame.net (perdóname, estaba a huevo)
Conozco a un chaval que es abstemio, con sus 22 años nunca ha probado el alcohol y por voluntad propia, nada de enfermedades o similar, tema drogas ídem, le dije en broma: -¡Tu madre debe de estar muy orgullosa!-, me contestó que no tanto, ya que su hermano es un "pieza de cuidado".
Yo creo que no es cuestión de permitir o prohibir. Lo primordial es comunicación e información. Yo creo que a un adolescente no se le deben ocultar las cosas (a un niño, tampoco, en realidad, pero el acercamiento es algo distinto en mi opinión).
Hay que ser francos, hay que hablar de drogas, alcohol o sexo abiertamente, sin tabúes ni eufemismos. Ayudarles a tomar sus propias decisiones desde un punto de vista objetivo, nunca manipularles. Dejarles claras las opciones que tienen y las posibles repercusiones que puedan tener. En un clima de confianza, el hijo/a no tendría por qué ocultarle cosas a los padres. Las mentiras siempre suceden porque se teme la respuesta, en forma de castigo, broncas o guantazos.
Me da la impresión de que muchos padres se encuentran de pronto con que sus hijos se encuentran en plena edad del pavo, y como les han ignorado durante los primeros años de su vida, no saben cómo acercarse a ellos, y ahí es cuando surgen los encontronazos y las tiranteces.
No cabe duda de que aún les queda por madurar, pero cometer errores es parte del proceso.
Para este conocido problema de decidibilidad existe un vetusto pero efectivo algoritmo heurístico llamado "hasta que te entren ganas de darle de hostias". Justo entonces es cuando hay que decirles NO.
Comentarios
Bufff, esto no está nada claro. Cada cual debe educar a sus hijos en función de sus principios, creencias e ideas. Un hijo te puede salir problemático tanto con una educación permisiva como con una autoritaria.
Yo y mi hermano somos polos opuestos en TODO, desde consumo de drogas, tabaco, aficiones, amistades, música, cine, literatura, etc..., aunque sólo nos llevamos un año de diferencia. Nos han educado igual, hemos ido a la misma guardería, al mismo colegio, al mismo instituto y a la misma universidad (aunque estudiamos carreras diferentes) y no nos parecemos en nada. Conclusión, no vale la pena rallarse :).
#1 Es decir, el uno por ahí de mala vida y el otro en meneame.net
(perdóname, estaba a huevo)
Conozco a un chaval que es abstemio, con sus 22 años nunca ha probado el alcohol y por voluntad propia, nada de enfermedades o similar, tema drogas ídem, le dije en broma: -¡Tu madre debe de estar muy orgullosa!-, me contestó que no tanto, ya que su hermano es un "pieza de cuidado".
Vamos, que opino igual que tú.
Yo creo que no es cuestión de permitir o prohibir. Lo primordial es comunicación e información. Yo creo que a un adolescente no se le deben ocultar las cosas (a un niño, tampoco, en realidad, pero el acercamiento es algo distinto en mi opinión).
Hay que ser francos, hay que hablar de drogas, alcohol o sexo abiertamente, sin tabúes ni eufemismos. Ayudarles a tomar sus propias decisiones desde un punto de vista objetivo, nunca manipularles. Dejarles claras las opciones que tienen y las posibles repercusiones que puedan tener. En un clima de confianza, el hijo/a no tendría por qué ocultarle cosas a los padres. Las mentiras siempre suceden porque se teme la respuesta, en forma de castigo, broncas o guantazos.
Me da la impresión de que muchos padres se encuentran de pronto con que sus hijos se encuentran en plena edad del pavo, y como les han ignorado durante los primeros años de su vida, no saben cómo acercarse a ellos, y ahí es cuando surgen los encontronazos y las tiranteces.
No cabe duda de que aún les queda por madurar, pero cometer errores es parte del proceso.
Para este conocido problema de decidibilidad existe un vetusto pero efectivo algoritmo heurístico llamado "hasta que te entren ganas de darle de hostias". Justo entonces es cuando hay que decirles NO.
#1 Ya, y luego van y te denuncian.