Un juez incoherente donde los haya que dice "El juez sólo está sujeto al imperio de la ley, y eso llevo haciendo desde hace ya bastante tiempo. Yo soy totalmente imparcial". Pero los que lo han recusado lo único que piden es, precisamente, que se apliquen las leyes.
Sus creencias, desgraciadamente, no le impiden ejercer su profesión. Éso es evidente. Por éso es el Estado quien debería impedírselo. Porque sus creencias, lo que le impiden, es ser un buen profesional. Y en un asunto como la aplicación de la ley, no se deberían permitir ni siquiera los profesionales "mediocres". Menos los aberrantemente malos.
El único aspecto positivo de todo ésto es que la aparición mediática periódica de actitudes como la de este señor, se convierten en la piedra de escándalo en que se van rompiendo muchas "tradiciones", muchas "creencias", aunque también, desgraciadamente, muchas "tolerancias".
Hablan de persecución del cristianismo... Nada les gustaría más. La "normalidad democrática", aunque escasa, el "estado del bienestar", las facilidades de acceso a la cultura, -todo cuanto hace mejor la vida de las personas-, está "matando" a esos fanáticos.
"¿Mis creencias me impiden ejercer mi profesión? En absoluto. Al contrario. ¿Dónde está el derecho constitucional de igualdad ante la ley sin discriminación por razón de creencias?", se pregunta Ferrín. Parece tener muy presente el artículo 14 de la Constitución, que consagra el principio de igualdad ante la ley, pero no tanto la parte que prohíbe la discriminación por razón de la orientación sexual."
Evidentemente un juez debe ser imparcial. Luego sus creencias religiosas no pueden formar parte de sus sentencias, así como tampoco sus prejuicios personales.
Si la ley le enseña que la doctrina de la ley es contraria a sus prejuicios o creencias religiosas, aplicar éstas por encima de la ley es ilegal y el un mal juez.
Todo ello aparte de que en mi opinión debiera ser recusado en lo sucesivo de todo juicio en el que se vea incolucrado un principio moral católico que no se observe en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que es el texto donde se interpretan los derechos de los españoles, conforme dicta nuestra constitución.
El hecho de que el Vaticano no los haya firmado ya es indicio suficiente como para entender que la moral católica está al margen de la ley en España.
Comentarios
¿Y el tío no tiene los "santos" cohones de decir que es imparcial? Este no aplica la ley sino sus creencias. Que se retire.
Sus creencias, desgraciadamente, no le impiden ejercer su profesión. Éso es evidente. Por éso es el Estado quien debería impedírselo. Porque sus creencias, lo que le impiden, es ser un buen profesional. Y en un asunto como la aplicación de la ley, no se deberían permitir ni siquiera los profesionales "mediocres". Menos los aberrantemente malos.
El único aspecto positivo de todo ésto es que la aparición mediática periódica de actitudes como la de este señor, se convierten en la piedra de escándalo en que se van rompiendo muchas "tradiciones", muchas "creencias", aunque también, desgraciadamente, muchas "tolerancias".
Hablan de persecución del cristianismo... Nada les gustaría más. La "normalidad democrática", aunque escasa, el "estado del bienestar", las facilidades de acceso a la cultura, -todo cuanto hace mejor la vida de las personas-, está "matando" a esos fanáticos.
En buena hora.
"¿Mis creencias me impiden ejercer mi profesión? En absoluto. Al contrario. ¿Dónde está el derecho constitucional de igualdad ante la ley sin discriminación por razón de creencias?", se pregunta Ferrín. Parece tener muy presente el artículo 14 de la Constitución, que consagra el principio de igualdad ante la ley, pero no tanto la parte que prohíbe la discriminación por razón de la orientación sexual."
Evidentemente un juez debe ser imparcial. Luego sus creencias religiosas no pueden formar parte de sus sentencias, así como tampoco sus prejuicios personales.
Si la ley le enseña que la doctrina de la ley es contraria a sus prejuicios o creencias religiosas, aplicar éstas por encima de la ley es ilegal y el un mal juez.
Todo ello aparte de que en mi opinión debiera ser recusado en lo sucesivo de todo juicio en el que se vea incolucrado un principio moral católico que no se observe en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que es el texto donde se interpretan los derechos de los españoles, conforme dicta nuestra constitución.
El hecho de que el Vaticano no los haya firmado ya es indicio suficiente como para entender que la moral católica está al margen de la ley en España.
Su creencias van contra la ley, queda descalificado como juez y pasa directamente al bando de los delincuentes.