Miles de ciclistas toman el centro de la ciudad con La Criticona, una cita anual exportada de Roma para abrir paso a la bici. En mitad del paseo de la Castellana, cuando el pelotón se abre y ocupa ya todos los carriles que suben hacia la rotonda de Emilio Castelar, la chica de la camisa de flores suelta el manillar, abre los brazos y grita por encima de cuchicheos, pitidos, frenazos y bocinas: "¡La calle es nuestra!".
Comentarios
Necesitamos ciudadanos-bici, sobre todo
y saber convivir con los ciudadanos-coche y los ciudadanos-acera.
Necesitamos calles-bici.
necesitamos acabar con la invasión de los coches y del CO2
We own the ride!
Por cierto, no sabía que venía de Roma^^