La lisonja fugaz y pública pierde adeptos a medida que crece la concienciación en materia de igualdad. El límite entre el halago y el ataque verbal sigue generando debate. Lo de "¡guapa!" cada vez se escucha menos. La escena del albañil (o el taxista, ejecutivo o peatón) que piropea a una mujer en la calle, con más o menos intensidad y acierto, sigue presente en las calles españolas, pero en menor grado que en generaciones anteriores y, sobre todo, con cada vez menos aceptación.
Comentarios
Cualquiera se arriesga a que lo denuncien por intento de violación
#2 Los tíos normalmente no tenéis que temer que alguien más fuerte y más grande que vosotros os meta mano, así que entiendo que no os preocupen las insinuaciones de unas tías. Nosotras muchas veces nos preocupamos "por si acaso" (más vale prevenir que curar).
#4 Claro es lo único esperable de un hombre que va por la calle, que te meta mano. Quizás deberían obligarnos a caminar esposados por la calle, para que las mujeres no teman que les metan mano.
#5 Si un tío que no conozco se me acerca y me dice uno de esos tan piropos tan bonitos del tipo "te lo voy a comer tó" prefiero alejarme, gracias.
#7 Haces bien
El otro día paré un coche en un paso de cebra y unas tías me hicieron el gesto de "mamada" (ya sabéis como si pasaran un pañuelo por un aro...)
a.¿Me lo tomo como un piropo?
b.¿Las denuncio por acoso?
c.¿O simplemente, eran unas prostitutas que buscaban clientela? ...
d.¿O es que estoy tan bueno y mi coche impresiona tanto que pensaron en pasar un ratito conmigo?...
Pues creo que ninguna de las anteriores simplemente eran colegialas y les hace gracia mostrarse descaradas con alguien que saben no va a decirles nada y con el que no pasarían más allá de los buenos días...si realmente las pusiera no se habrían atrevido. (¿O sí?)
Qué preocupación hay de vez en cuando porque el piropo esté en peligro de extinción.
Siempre pueden entrar a badoo y rodearse de pagafantas