Hace 15 años | Por andresrguez a elperiodico.com
Publicado hace 15 años por andresrguez a elperiodico.com

La fama de Madoff se extendió entre los más pudientes, acaudalados inversores que incluso se hacían socios de clubs de campo de los que él era miembro para conocerlo y poner en sus manos sus fortunas. Porque Madoff se podía permitir el lujo de rechazar inversores. Y lo hacía. El sábado, en The New York Times, al menos dos millonarios relataban cómo habían rogado a Madoff que aceptara invertir su dinero, y uno de ellos, Robert Ivanhoe, reconocía que, tras ser rechazado, lo único que tuvo fueron más ganas de lograr ser uno de sus inversores.

Comentarios

atzu

Elemental, querido Watson.

Eversmann

Pues como cualquier timador, se basa en la confianza de la víctima...

u

Como toda la economia. Recomiendo el video