Cada empresa tiene libertad de cobrar el precio que estime, dentro de unos márgenes aprobados por el Ayuntamiento de Madrid. Esos precios sustituyen a las tasas municipales vigentes hasta ahora y son entre un 5% y un 15% más baratos, según el Consistorio. Con el nuevo sistema, para abrir un pequeño o mediano comercio, un despacho profesional, un restaurante, bar o cualquier otro negocio que no necesite proyecto técnico de obras las tarifas van de 327,25 euros a 385 euros dependiendo de la empresa que se elija
Comentarios
Hay que joderse. ¿Qué sentido tiene que unas licencias de actividad las otorguen empresas privadas (que a su vez están licenciadas por el Ayuntamiento, ¿no podríamos privatizar esas también y así ad infinitum ?). Lo que hay en este país es mucho morro y poca crítica, porque esto ni es liberalismo ni es nada.
- Modelo socialista: para abrir un negocio hay que obtener una licencia administrativa.
- Modelo liberal: para abrir un negocio no hay que obtener licencia alguna y basta con cumplir la normativa.
- Modelo caradura: para abrir un negocio hay que ir a una empresa privada, asignada a dedo por la ayuntamiento, que se queda con un X% de lo que antes hubiese sido un ingreso puro para las arcas municipales.
Me lo expliquen, por favor. Preferiblemente alguien (si es que existe) que esté a favor del cambio y crea que es "liberal".
A mi no me parece que el ayuntamiento haya justificado este cambio en absoluto, no acabo de entender donde está la ventaja de esto para el ayuntamiento ni porque sale más barato.
Guateque, mucho guateque nos espera. Por cierto, sabéis por qué la Guardia Civil llamó "operación Guateque" a la investigación sobre las licencias de actividad del Ayuntamiento de Madrid?
Ahora resulta que el modelo de concesión de licencias que había era buenísimo, sólo por el hecho de ser público.
Pues no señores, era una puta mierda.
#4 No, claro que era una puta mierda. Era una puta mierda porque estaba abierto a los amiguismos, a la corrupción y a la venta de favores. Para solucionarlo se podían haber aplicado una de dos soluciones viables:
- Reformar el sistema de manera que las licencias se otorguen en un plazo fijo y que un funcionario o político no puedan retrasarlo. Anda que no hay procedimientos administrativos que son de "rellena el formulario, paga la tasa y en 15 días está hecho". Que me expliquen por qué no es posible algo parecido con las licencias.
- Hacer un cambio radical y eliminar el concepto de las licencias. Una carnicería tendrá que cumplir los requisitos de seguridad alimentaria, un bar de copas los de ruidos y una guardería los de seguridad para la infancia. Que abran sin licencia previa alguna y apechuguen con las consecuencias si les pillan en una inspección violando la normativa.
Sin embargo, han decidido que por algún motivo 7 empresas están cualificadas para otorgar licencias municipales (¿quién coño son esas empresas para que yo tenga que pagarles un duro por abrir mi negocio?), y que ellas tienen derecho a sacar tajada de una tasa cuya existencia ya es lo bastante cuestionable. No han hecho más que institucionalizar lo que antes era corrupción, es decir, sacar beneficios de la apertura de locales.
¿Acaso el nuevo modelo tiene que ser buenísimo sólo por el hecho de ser privado?