Hace 11 años | Por felpeyu2 a rosamtristan.com
Publicado hace 11 años por felpeyu2 a rosamtristan.com

Los garbanzos que ponemos en el cocido han recorrido más de 9.000 kilómetros desde la mata, los kiwis casi 20.000 y el café supera los 6.000. Con estas distancias no es de extrañar que a la Tierra se le quede ‘atragantado’ el menú que servimos a la mesa. Un estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Sevilla y de Vigo, ha revelado que, de media, nuestra comida recorre 5.000 kilómetros antes de acabar en el carro de la compra. Sin embargo, el coste de los daños ambientales y sociales de este ‘turismo’ alimentario no se reflejan

Comentarios

I

Pero en eso, como en muchas otras cosas, son los consumidores los que tienen la llave, que no es otra que consumir productos cercanos.

La-Parca

Estas son las externalidades, que no vienen incluidas en el precio que pagamos por los productos que consumimos, que recorren miles de km, para nuestro uso, disfrute y despilfarro. Luego, los grandes (¿?) economistas, se llenan la boca con la productividad y la eficiencia. Si tuvieramos que pagar los costes reales del petróleo, el carbón, los plásticos, su reciclajes, la limpieza de los terrenos deforestados y desertizados por el uso de productos, no dudeis que volveríamos al consumo local. ¿¿O es que ahora resulta que lo que se produce a la puerta de mi casa es más caro que lo que se produce en la otra punta del mundo?? Algo no cuadra, y son estas externalidades

Aitor

A FSM pongo por testigo de que casi nada de lo que yo como ha recorrido tantos kilómetros.