(C&P). Últimamente, a este tipo de retrógrados recalcitrantes he optado por darles dos consejos. Uno, que frecuenten más a los jóvenes. Tienen mucho que enseñarnos, y los hay que incluso lo hacen, a cambio de lo que nosotros podemos enseñarles a ellos. Y dos, en cada puñetera ocasión en que abren la boca para denostar las nuevas tecnologías, les contesto: “Espero que mantengas la coherencia y te declares también decimonónico cuando te propongan un remedio moderno para la próstata”.
Comentarios
"... me refiero a los suficientes, a los despreciadores. Esos que empiezan siempre las frases con un no, precedido naturalmente por el pronombre personal. “Yo no uso el teléfono móvil casi nunca”. “Yo no sé mandar mensajes, ¿cómo se llaman? ¿SMS?”. “Yo no quiero saber lo que es Internet”. “Yo no soporto estas máquinas modernas, con la mía de siempre me apaño”. “No, no, ¿lecciones de informática, yo? Yo soy un hombre del siglo XIX, ¿cómo quieres que relea a Prrrroust en un, ¿cómo dices? ¡E-Book!”."
Chapó por Maruja Torres.
A ver si Javier Marías toma nota
Con mi voto negativo (Bulsara)
Gracias, Maruja Torres. Eres el premio Perogrullo de esta semana.
Que esto salga en El País, paladín de las nuevas tecnologías para compartir el conocimiento (guiño, guiño) es ciertamente paradójico.