Hace 12 años | Por landaburu a desdeelexilio.com
Publicado hace 12 años por landaburu a desdeelexilio.com

Lo más merecedor de protección dentro de una sociedad, por ser el elemento más débil, es el individuo. Independientemente de si se es hombre o mujer, homosexual o heterosexual, disminuído físico o psíquico, niño, adulto, creyente, ateo, agnóstico, gordo, bajo, alto...el “yo”, es sujeto de derechos como ser humano sólo si esos derechos son exactamente los mismos para todos los individuos. Esos derechos de todos han ido desvirtuándose a lo largo del tiempo gracias a la matraca de los agentes de poder positivistas. Porque de eso se trata: de Poder

Comentarios

dulaman

Interesante punto de vista, pero demasiado ultraliberal creo yo. Sin embargo, me gusta saber cómo piensan aquéllos que tienen diferentes opiniones, y especialmente saber cómo han llegado a esas conclusiones, que yo creo que se alejan del mundo real, en el que no sólo debe haber leyes que nos igualen de un modo estricto, sino que esas leyes también deben estar guiadas por el principio de solidaridad.

- Si a mi hijo le dan plaza en una guardería porque mi sueldo no alcanza un mínimo legal, ¿es eso un privilegio para mi hijo? ¿o es un derecho, creado por una ley que trata de igualar a todos en el plano real (solidaridad)?

- Si a un minusválido se le reserva un puesto de trabajo en una gran empresa, ¿es eso un privilegio para el minusválido, al que debería renunciar en pro de la igualdad? ¿o es un derecho, creado por una ley que trata de igualar las oportunidades reales de todos (solidaridad)?

El indudable hecho de que hay abusos legales no debe cegarnos ni llevarnos a establecer principios estrictos basados en la anormalidad (el abuso) en lugar de en la solidaridad. La igualdad, ese principio básico del comunismo, y al parecer ahora también del neoliberalismo, está a un lado y es algo justo. Pero la solidaridad, principio básico del cristianismo, del que los neoliberales sólo cogen el nombre pero olvidan el resto, también debe guiar al legislador. La igualdad no es establecer un rasero mínimo y confiar en la ley del más fuerte después. La igualdad (y la justicia) también consiste en tratar de forma desigual a los que son desiguales.

D

#3 efectivamente, esos dos casos son privilegios. Un privilegio se distingue de un derecho en que otro tiene que pagártelo. Otra cosa es si como sociedad creemos que hay gente que merece privilegios para compensar debilidades.

landaburu

#3 Bueno,yo creo que el artículo va mucho más allá. No creo que defienda un ultraigualitarismo dogmatico, que ,como tú indicas, sería absurdo, sino que aboga por la idea de que los "derechos" deben ser pocos y ultraprotegidos, ya que los únicos "derechos" verdaderos son los fundamentales, y todo lo demás acaba viniendo dado.

El peligro, según el autor, es la proliferación de "derechitos" por parte de los legisladores (Europa, Estado, CC.AA., entes locales o institucionales...), que perjudica la libertad al desvirtuar y reinterpretar constantemente los "derechos" básicos universales, y que se "arrojan" a la gente como una especie de favor, mejora, prevenda, beneficio del dadivoso papá Estado.

Además de criticar la super-actividad del Legislador, critica también el abuso del concepto de "discriminación positiva" que supone, en la medida en que se hiperdesarrolla, de nuevo otra contrucción-favor-propaganda del aparato-estado, innecesaria si se parte del concepto inicial de derecho básico.

Por supuesto, todas las doctrinas en estado puero sólo sirven para ser leídas negro sobre blanco y poco tienen que ver con el mundo real. Yo las tomo como inspiración, no como dogma.

#5 es curioso, pero la libertad vino cuando la Ley (pública) se impuso gradualmente sobre el Privi-legio (o ley-privada).

e

el joven manifestante que sale a la calle a coartar la libertad de los demás

Vaya. Así que salen a eso...

landaburu

#1 Acabas de descontextualizar totalmente una frase..

Para desacreditar el artículo entero, imagino

e

#2 No, pero me ha llamado poderosamente la atención.

Podía haber dicho:
La mayor parte de lo que hoy el joven manifestante que sale a la calle cree que son “sus derechos” no es más que una retahíla de postulados que consagran principios de poder político acuñados en leyes inventadas a tal efecto.

¿La cuña de a coartar la libertad de los demás es gratuita?

D

Landaburu, el autor del artículo me pide que te transmita su agradecimiento tanto por menearlo como por la excelente explicación que ofreces en tu último comentario.

landaburu

#7 ya lo he leído en DEE. Gracias por avisar