Los presupuestos participativos son una herramienta de intervención y gestión de la ciudad, mediante la cual la ciudadanía puede proponer y decidir sobre el destino de parte de los recursos municipales. Su objetivo es coordinar las principales demandas y preocupaciones de los vecinos en materia de gastos e incluirlos en el presupuesto anual del municipio, [...]
la idea parece excelente (y más en tiempos de escasez de recursos), pero temo que pueda acabar convirtiéndose en una dictadura de las mayorías. A ver quién saca adelante un proyecto que sólo importe a unos pocos, por muy importante que resulte para ellos...
No me parece una buena idea. En una comunidad de vecinos de 16 personas no son capaces de ponerse de acuerdo para cambiar una baldosa, calcula para dos millones o tres de personas. Acabaríamos como una jaula de grillos cantores o de cigarras.
Pues yo creo que es una buena idea que la sociedad tuviera mucha más implicación a la hora de decidir cómo repartir los presupuestos. Total, más burradas que hacen los políticos no creo que se hicieran. Además, tengo la sensación de que de esta forma la gente cuidaría mucho más lo público, porque se decidiría de una forma mucho más directa y consciente en qué invertir el dinero.
Presupuestos participativos: aquella distopía donde un 14% del dinero público iría destinado a pagarle la coca a Belén Esteban y su coro de pedorras, un 23% a los futbolistas y así toda una larga lista de dislates que hundirían el país en un abrir y cerrar de ojos.
No permitamos que ningún zopenco preadolescente confunda las legítimas reivindicaciones de más participación ciudadana con este tipo de ideas-engendro, votemos negativo en masa esta chorrada.
#3 Te puedo asegurar que mucho peor que los actuales dirigentes politicos y politicuchos autonómicos de "te monto aqui un aeropuerto sin aviones, te fiancio allá un visita papal, quiero unos juegos olímpicos cueste lo que cueste" es muy poco probable que saliera. Y al menos podríamos decidir que si hay que hacer una inversión en alguna obra, al menos no se la lleve una empresa que evade impuestos luego en paraísos fiscales. Incluso nos podría dar por invertir más en educación, para que, aunque nosotros consumidores de furbol y prensarosa ya no se nos puede salvar, nuestros hijos tengan otra cosa que contarnos. Lo mismo nos da incluso por no privatizar el agua, quien sabe.
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@pazzz
la idea parece excelente (y más en tiempos de escasez de recursos), pero temo que pueda acabar convirtiéndose en una dictadura de las mayorías. A ver quién saca adelante un proyecto que sólo importe a unos pocos, por muy importante que resulte para ellos...
No me parece una buena idea. En una comunidad de vecinos de 16 personas no son capaces de ponerse de acuerdo para cambiar una baldosa, calcula para dos millones o tres de personas. Acabaríamos como una jaula de grillos cantores o de cigarras.
Pues yo creo que es una buena idea que la sociedad tuviera mucha más implicación a la hora de decidir cómo repartir los presupuestos. Total, más burradas que hacen los políticos no creo que se hicieran. Además, tengo la sensación de que de esta forma la gente cuidaría mucho más lo público, porque se decidiría de una forma mucho más directa y consciente en qué invertir el dinero.
Si, yo elegiría que fuera para pagar proyectos comunitarios y no personal innecesario.
Presupuestos participativos: aquella distopía donde un 14% del dinero público iría destinado a pagarle la coca a Belén Esteban y su coro de pedorras, un 23% a los futbolistas y así toda una larga lista de dislates que hundirían el país en un abrir y cerrar de ojos.
No permitamos que ningún zopenco preadolescente confunda las legítimas reivindicaciones de más participación ciudadana con este tipo de ideas-engendro, votemos negativo en masa esta chorrada.
#3 Te puedo asegurar que mucho peor que los actuales dirigentes politicos y politicuchos autonómicos de "te monto aqui un aeropuerto sin aviones, te fiancio allá un visita papal, quiero unos juegos olímpicos cueste lo que cueste" es muy poco probable que saliera. Y al menos podríamos decidir que si hay que hacer una inversión en alguna obra, al menos no se la lleve una empresa que evade impuestos luego en paraísos fiscales. Incluso nos podría dar por invertir más en educación, para que, aunque nosotros consumidores de furbol y prensarosa ya no se nos puede salvar, nuestros hijos tengan otra cosa que contarnos. Lo mismo nos da incluso por no privatizar el agua, quien sabe.