Alicia es una profesora e investigadora ejemplar. Tras estudiar Ingeniería Industrial en Sevilla, siguió formándose en Michigan y Londres con el deseo de continuar su carrera docente en Sevilla. Curiosamente, la misma Universidad que ahora la despide la ensalzó en el último número de su revista digital Nexus.
Lo raro que una universidad española contratara a alguien que viene del extranjero, y con un expediente impresionante. Al final se ha impuesto la lógica habitual: cada señor feudal promociona a sus vasallos más fieles y margina a los demás.
Con conocimiento de causa puedo hablar, ya que desgraciadamente he tenido la oportunidad de leer toda la documentación
relativa a este procedimiento al cual se hace mención en el artículo.
La primera parte del artículo es totalmente cierta, ya que la doctora Arce es una joven y brillante investigadora. Es cierto
que en su momento tuvo que tomar la difícil decisión de renunciar a un mejor puesto para optar por una inestable posición en
la universidad en la que estudió, ya que es una de las pocas posibilidades de hacer investigación en España. También es cierto
que casi dos años después la despidieron de la noche a la mañana, probablemente sin ninguna indemnización.
No obstante, la segunda parte del artículo puede llevar al engaño. ¿Por qué se ha llegado a esto? Hay más aristas importantes.
Por ejemplo, el "individuo" que recurrió es otro brillante investigador, Ingeniero de Telecomunicación, número uno de su
promoción y que lleva dos años investigando fuera de España. Pero entonces, ¿en qué quedamos?
Cuando la comisión evaluadora para una plaza en la universidad está formada por los propios compañeros los candidatos,
la cosa empieza mal; cuando los baremos para una plaza de una entidad pública se aprueban una vez recibidos los CVs de los candidatos, la cosa continúa aún peor; y cuando el baremo se aplica de forma diferente a unos y otros eso sólo puede acabar mal.
En España la gente se está acostumbrando a tener que recurrir por cualquier cosa, a ralentizar procedimientos que eran nefastos
desde antes de empezar. Sistemas como el nuestro hacen que ciertas personas acaben perdiendo los principios básicos, confundiendo
el ser responsable de un departamento o entidad con el ser propietario, asumiendo que pueden y deben hacer o deshacer lo que quieran, que todo vale, que nunca nadie les toserá. Luego, cuando alguien recurre y le dan la razón nos llevamos las manos a la cabeza, nos parece inaudito y descargamos responsabilidades en otros (vicerrectorado en este caso). Los verdaderos culpables, como casi siempre, seguirán en su sitio, con los que se juega son con los más débiles, algunos que echan, como a la doctora Arce, y otros que ni siquiera llegaron, como los otros siete candidatos.
Mientras España se hunde, los que quieran que salten por la borda, los que se queden, agarrensé los machos que vienen olas.
#6 Pues el tema en general está como para que uno se plantee hasta que punto puede haber relación entre partes interesadas. Yo me lo planteo todo en el plan que estamos.
#6 La Universidad tiene la culpa de no paralizar las obras en cuanto hubo una demanda judicial de por medio. Que con dinero público cualquiera es un vivalavirgen.
Comentarios
Lo raro que una universidad española contratara a alguien que viene del extranjero, y con un expediente impresionante. Al final se ha impuesto la lógica habitual: cada señor feudal promociona a sus vasallos más fieles y margina a los demás.
Pues nada, exilio, y a seguir votando a la derecha.
No es necesario que emigre. Puede echar el curriculum en Eurovegas.
Me apuesto un brazo a que no comparte apellido con un catedrático. Para la universidad es mas importante ser hijo deque haber ganado un nobel.
Con conocimiento de causa puedo hablar, ya que desgraciadamente he tenido la oportunidad de leer toda la documentación
relativa a este procedimiento al cual se hace mención en el artículo.
La primera parte del artículo es totalmente cierta, ya que la doctora Arce es una joven y brillante investigadora. Es cierto
que en su momento tuvo que tomar la difícil decisión de renunciar a un mejor puesto para optar por una inestable posición en
la universidad en la que estudió, ya que es una de las pocas posibilidades de hacer investigación en España. También es cierto
que casi dos años después la despidieron de la noche a la mañana, probablemente sin ninguna indemnización.
No obstante, la segunda parte del artículo puede llevar al engaño. ¿Por qué se ha llegado a esto? Hay más aristas importantes.
Por ejemplo, el "individuo" que recurrió es otro brillante investigador, Ingeniero de Telecomunicación, número uno de su
promoción y que lleva dos años investigando fuera de España. Pero entonces, ¿en qué quedamos?
Cuando la comisión evaluadora para una plaza en la universidad está formada por los propios compañeros los candidatos,
la cosa empieza mal; cuando los baremos para una plaza de una entidad pública se aprueban una vez recibidos los CVs de los candidatos, la cosa continúa aún peor; y cuando el baremo se aplica de forma diferente a unos y otros eso sólo puede acabar mal.
En España la gente se está acostumbrando a tener que recurrir por cualquier cosa, a ralentizar procedimientos que eran nefastos
desde antes de empezar. Sistemas como el nuestro hacen que ciertas personas acaben perdiendo los principios básicos, confundiendo
el ser responsable de un departamento o entidad con el ser propietario, asumiendo que pueden y deben hacer o deshacer lo que quieran, que todo vale, que nunca nadie les toserá. Luego, cuando alguien recurre y le dan la razón nos llevamos las manos a la cabeza, nos parece inaudito y descargamos responsabilidades en otros (vicerrectorado en este caso). Los verdaderos culpables, como casi siempre, seguirán en su sitio, con los que se juega son con los más débiles, algunos que echan, como a la doctora Arce, y otros que ni siquiera llegaron, como los otros siete candidatos.
Mientras España se hunde, los que quieran que salten por la borda, los que se queden, agarrensé los machos que vienen olas.
Lo bien que hubieran venido para estas minucias los 8 millones de euros dilapidados en el aborto de Biblioteca del Prado http://goo.gl/4PZax
#5 Ni que la Universidad tenga la culpa de que unos "cortijetes" sean los amos del Prado.
#6 Pues el tema en general está como para que uno se plantee hasta que punto puede haber relación entre partes interesadas. Yo me lo planteo todo en el plan que estamos.
#6 La Universidad tiene la culpa de no paralizar las obras en cuanto hubo una demanda judicial de por medio. Que con dinero público cualquiera es un vivalavirgen.