Si hace unos cuantos años ibas caminando por el Bronx y de repente un tipo malencarado, con sombrero de ala, gabardina y cuellos sospechosamente vueltos hacia arriba, se te presentaba como Lucciano mientras abría lentamente el estuche de un violín y te decía que te iba a tocar una pieza… Probablemente existían dos posibilidades.
Me ha recordado, como a casi todos imagino, el capítulo del violín apostado y perdido de la hija de Krusty en los Simpson, con aquella habitación llena de estuches de violines con sus respectivas Thompson dentro
Comentarios
Me ha recordado, como a casi todos imagino, el capítulo del violín apostado y perdido de la hija de Krusty en los Simpson, con aquella habitación llena de estuches de violines con sus respectivas Thompson dentro
#1 tienes razón , a mi también me lo recordó
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El Thomson tiene un encanto único.
Unos años después si te aparece con una funda de guitarra hay dos opciones, un lanzacohetes o una guitarra