Los veteranos del 15-M están dispuestos a luchar para que sus nietos no vivan peor que sus hijos. No quieren perder los derechos que tanto les costó conseguir y creen que su experiencia, unida a "la fuerza de los jóvenes", puede cambiar muchas cosas. En el otoño de sus vidas decidieron unirse a otra primavera, la de los jóvenes que hace casi justo un año se sentaron en las plazas con su indignación como única bandera. Todos peinan canas y tienen achaques. La mayoría supera los setenta años.
Comentarios
Sigo pensando que estos apodos no ayudan nada. Molaria más que los llamaran la generación "con más cojones "
Así sí.
gracias yayossssssssss.. os queremossssssssssssssssssssssssssssss.
Una muestra (más) de dignidad en medio de tanta indignidad política. Ánimo.