Hace 1 año | Por carakola a ctxt.es
Publicado hace 1 año por carakola a ctxt.es

La organización alemana fue clave en la operación ‘Lava Jato’ contra Lula, que allanó el camino a la extrema derecha. Ahora se desmarca de sus impulsores, el juez Moro y el fiscal Dallagnol, aliados de Bolsonaro.

Comentarios

cocolisto

Aquí mismo en Menéame cuanto inquisidor hubo en tiempos pretéritos que se lanzaron como ratas contra Lula acusándolo de corrupto.¡Cuanta gente debería sentir vergüenza!.Claro,para eso hay que tenerla

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Los verdaderos garantes de Moro y Dallagnol han sido los medios de comunicación nacionales e internacionales. Casi todos fueron cómplices de la criminalización de Lula y la conversión de los fiscales y jueces de ‘Lava Jato’ en héroes al estilo de Eliot Ness. Pero dado que The Economist acaba de anunciar su apoyo a Lula esta semana, centremos el repaso histórico de la hipocresía de la prensa en la revista británica.

A mediados de la década pasada, The Economist elogiaba “la cruzada contra la corrupción” de Moro y Dallagnol, mientras que preparaba la famosa portada de Dilma Rousseff con aquel título “Time to go” ( ya es hora de que te vayas) –un chiste irónico muy británico y muy golpista– publicada en 2016 poco antes de la destitución de Rousseff por un delito fiscal que jamás cometió. Ahora, la misma revista ha tenido la desfachatez de instar a Lula a desplazarse hacia la derecha para prevenir una victoria de Bolsonaro y así salvar la democracia brasileña.


Que asco de mundo.

oceanon3d

Aquí tenemos a García Castellón, a Lesmes, a Escalonilla, y más de tres decenas más de elementos de la alta judicatura, con la decencia y la legalidad justo al servicio del partido más corrupto de las economías occidentales.

En las últimas semanas se les han unido 8 mas del CGPJ en rebeldía de ley lo que en si mismo es un golpe de estado institucional.

Hasta no ver a la mitad de ellos condenados no creo que se pueda hablar de democracia plena en este país.

l

Pocos meses después de condenar a Lula, que pasó, a los 73 años de edad, 19 meses en un calabozo de 15 metros cuadrados, Moro se incorporó al Gobierno de Bolsonaro en 2019 como superministro de Seguridad y Justicia. Fue un favor devuelto por el presidente de extrema derecha

Y gracias a cómplices como este el criminal ganó la presidencia para joder a su propio pueblo y beneficiarse ellos.