Con tan solo 19 años, Gabriela ya ejerce como maestra interina en los años veinte del siglo pasado. Pero lo hace en un pueblo casi aislado de las montañas leonesas e inicia su sueño a trompicones, conociendo las carencias, la miseria y las horribles condiciones de vida del medio rural en aquellos años. Aunque también conoce a grandes personas que la ayudan en su aprendizaje vital, cuanto la maestra obtiene su título oficial, pide un traslado a Guinea Ecuatorial, por entonces colonia española, donde los sinsabores no cesan ante su...