Hace siglos se creía que una tribu sin cabeza vagaba por los confines del mundo: los Blemios o Akephaloi, y más tarde redescubriertos en el Nuevo Mundo como Ewaipanoma, con ojos, nariz y boca en su pecho, donde supuestamente residía el cerebro. La primera referencia conocida es del historiador griego Heródoto, en un debate sobre el Este de Libia en el siglo IV a.C.: «hombres sin cabeza con ojos en el pecho, como dicen los libios». Plinio el Viejo ofrece un relato similar, y aparecen en tradiciones posteriores de bestiarios y relatos de viajes.