Era el 25 de julio de 1936 y España ardía tras la sublevación de Francisco Franco. Julià Gibernet Munt, de 45 años y de profesión guardia urbano de Barcelona, se fue a lo alto del Tibidabo junto con un grupo de republicanos. Una vez allí, ató una cuerda al cuello de la estatua del Sagrado Corazón de Jesús que coronaba la montaña. Todos tiraron con fuerza y la imagen cayó. Este expediente es uno de los 100.000 ahora rescatados en la antigua sede del Gobierno Militar.
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