La sentencia considera que no hay pruebas suficientes para enervar el principio de presunción de inocencia pese al testimonio incriminatorio de la víctima y el cruce de mensajes de Whatsapp entre ambos donde esta le pide explicaciones a su jefe, ya que no recuerda nada de lo ocurrido, y éste trata de tranquilizarla diciéndole que "no se corrió".
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