Publicado hace 17 años por mikedavila a blogs.periodistadigital.com

El castaño que alegró los días de Anna Frank desde su cautiverio en Ámsterdam está agonizando. En su diario, Anna decía que ambos, el castaño y ella, miraban el cielo azul resplandeciente sobre una ciudad que se había convertido en una pesadilla. En 1945 Anna murió de tifus en un campo de concentración. El castaño la sobrevivió hasta ahora cuando, a sus más de 150 años, está podrido y a punto de morir.

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Todo pasa y todo queda... Pero lo nuestro es pasar... Pasar haciendo camino. Camino sobre la mar.