Un desahucio no es algo que arranca cuando entran los policías y arrastran al ciudadano fuera de la que ya no es su casa; arranca en el momento en el que la persona deja de pagar el piso en el que vive, sabe que no podrá pagarlo más, y por lo tanto es consciente de que acabará en la calle. De hecho, si me apuran, un desahucio arranca muchísimo antes, cuando uno pierde su trabajo en mitad de una crisis de proporciones mayas, como la actual, y sabe que no volverá a poder ganarse la vida, y empieza a gastar los últimos ahorros.
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