"J. F. Yvars contextualiza el decenio en la globalización capitalista, en el sentido de que sólo existe capitalismo, se ha internacionalizado la información, se han abaratado los viajes y el individuo es sólo un consumidor, en el que las culturales locales son simples focos de resistencia en variables locales de esa condición de la globalización. ¿Consecuencia?: la unificación de la experiencia estética. En segundo lugar, constata el hundimiento de los géneros tradicionales, con lo que una primera sensibilidad contemporánea se afirma sobre soportes y ámbitos que no entraban en los canales habituales de la tradición. Para Yvars las culturas de la resistencia - étnica, ficciones narrativas fundacionales...-pretenden ilustrar aquello que no es la globalización, proponiendo modelos alternativos (feminismo, movimiento queer, arte testimonial...), por ello, se tiende a un arte más táctil, performativo, de acción, arte de la tierra. Y por otro lado, queda el arte nutrido por la tradición occidental, con cierto tono documental (mundos sensibles negados antes por esa tradición narrativa, artes de la memoria...) y el que aún defiende el objeto sensible que llamamos obra de arte, el cual, si bien responde a una dinámica de mercado, no está del todo agotado (Juan Muñoz, Barceló, Richter, Gabriel Orozco...), Junto a ellos, pululan estéticas de la improvisación (los Chapman, Cattelan, Tracy Emin), movimientos neo-. Yvars cita a Cristina Iglesias, Susana Solano, Gary Hill, Meireles, Pipilotti Rist, entre otros nombres del decenio."
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"J. F. Yvars contextualiza el decenio en la globalización capitalista, en el sentido de que sólo existe capitalismo, se ha internacionalizado la información, se han abaratado los viajes y el individuo es sólo un consumidor, en el que las culturales locales son simples focos de resistencia en variables locales de esa condición de la globalización. ¿Consecuencia?: la unificación de la experiencia estética. En segundo lugar, constata el hundimiento de los géneros tradicionales, con lo que una primera sensibilidad contemporánea se afirma sobre soportes y ámbitos que no entraban en los canales habituales de la tradición. Para Yvars las culturas de la resistencia - étnica, ficciones narrativas fundacionales...-pretenden ilustrar aquello que no es la globalización, proponiendo modelos alternativos (feminismo, movimiento queer, arte testimonial...), por ello, se tiende a un arte más táctil, performativo, de acción, arte de la tierra. Y por otro lado, queda el arte nutrido por la tradición occidental, con cierto tono documental (mundos sensibles negados antes por esa tradición narrativa, artes de la memoria...) y el que aún defiende el objeto sensible que llamamos obra de arte, el cual, si bien responde a una dinámica de mercado, no está del todo agotado (Juan Muñoz, Barceló, Richter, Gabriel Orozco...), Junto a ellos, pululan estéticas de la improvisación (los Chapman, Cattelan, Tracy Emin), movimientos neo-. Yvars cita a Cristina Iglesias, Susana Solano, Gary Hill, Meireles, Pipilotti Rist, entre otros nombres del decenio."