La señora Carmen, sentada al sol con una amiga en la muy empinada calle Telègraf, fue sorprendida por la concejal Elsa Blasco. “Señora Carmen, le presento al embajador de Noruega”. La concejal de Horta-Guinardó le aclaró el asunto inmediatamente a la octogenaria abuela: “Gracias en parte a Noruega hemos podido hacer estas escaleras y ascensores”. Y al embajador, Torgeir Larsen: “Hace ocho años, la señora Carmen me pidió que pusiéramos escaleras mecánicas y, a menudo, me decía que igual no llegaría a verlas..”.
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