Luis XIV, uno de los reyes más destacados de Francia y estandarte de la monarquía absolutista, se encontraba incómodo en 1686. Le había salido un bulto en el trasero que le molestaba hasta el punto de no poder sentarse. Lo que ocurrió a finales de ese año cambiaría la historia de su país, de la música y de la medicina. Sufría de una fístula anal. Gracias a las pormenorizadas crónicas de sus cortesanos sabemos que las deposiciones reales se volvieron severamente dolorosas.
Comentarios
Atreviendose a operarse de la suya en la época en que los cirujanos aún eran barberos.
#TeAhorroUnClick
¿Quien no se ha provocado alguna vez una fistula anal para encajar entre los chicos populares?
#1 De ahí el término "fisting"
Hay más gente de las que nos podemos imaginar que confunde un buen sofá de piel con un pene erecto.
#3 Por eso, ante la duda, has de lamer el sofá y observar con detenimiento su comportamiento antes de tomar cualquier decisión.
#4 No lo hagas en el Ikea...te lo digo por experiencia.
#5 Tendrás que lamer muchos tresillos hasta encontrar lo que estás buscando, pero creeme, al final lo encontrarás.
La otra opción es ir al oculista, pero no lo cubre el seguro.
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Felicidades, me encanta esta visión no oficial de la historia con Reyes y fístulas anales en la misma frase, genial !!!